31 de diciembre de 2020.
Hoy, en el último día del año, el sol ha querido entrar por la ventana y me ha despertado con sus cálidos rayos de invierno. Qué sensación tan plácida he sentido en mi piel. Parece como si la naturaleza quisiera borrar con esa caricia la dureza de este año que estamos sufriendo en todo el mundo. Como si quisiera con esa suavidad recordarnos que la vida también es bella y aunque nos ha enseñado su fealdad podemos de nuevo dejarnos embelesar y volver a disfrutar de todos sus encantos. Pero ¿ cómo recuperar la esperanza?
De repente, unas voces infantiles me recuerdan que estamos en Navidad. ¡Ah, aquí está la respuesta! Me acuerdo de la tierna canción de los Secretos:»Volver a ser un niño». Quizás «Volver a ser niños» nos haga borrar este tiempo amargo y con la inocencia tan graciosa que cambia el nombre de las cosas, con ese brillo que te vuelve un niño, que te quita el frío cuando las noches son lluviosas, después de andar a la deriva con faltos de cariño, de pronto es todo tan sencillo…«Volver a ser niños«. Doy las gracias a mis cantantes favoritos y a mi abuela que con su reflexión me han hecho confiar de nuevo en la esperanza. Familia C30
10 de diciembre de 2000.
Solo aquí, en el campo, se comprende el valor que tienen las ventanas, porque en la ciudad las ventanas se abren a otras ventanas vecinas, a otros balcones o también a otros muros. En la ciudad se vive la vida de los demás, sus entradas y salidas, incluso el tiempo que va pasando sobre ellos. Desde nuestras ventanas vemos pasar los días y estamos hechos a sus movimientos, al modo cómo va haciéndose cada vez más pequeña la figura que perseguimos con la vista hasta doblar la esquina.
La ventana en el campo no se asoma a las vidas de los demás, sino al paisaje. Este paisaje que está quieto, tan quieto que creeríamos que se ha quedado dormido. Quietud hecha para el recuerdo, para decirnos una vez más que existen horas bellas en nuestro reloj, pero no horas con prisas.
Los niños cantan bajo la ventana. Es su canción en este tiempo de pensamientos navideños, tan tristes como alegres. Es la canción de la esperanza que encontramos de una manera tan auténtica y adorable en sus voces. C00
Reflexiones de mi Abuela 
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