14 de agosto de 2022.
Desde mi niñez siempre me ha fascinado mirar al cielo y ser sorprendida por ese dibujo, que por arte de magia, surge en forma de arco decorado con una combinación de tonalidades atractivas a todas las miradas. La primera vez que lo vi, sentí la curiosidad de saber quién era el autor de ese dibujo, de dónde surgían esos colores… ¡Si no había pincel alguno, ni pinturas a la vista, ni nadie que lo trazara!
Hoy, desde la distancia, en este día 14 de agosto, le regalo a mi madre por su 92 cumpleaños este milagro de la naturaleza!
Deseo, que al igual que a mí, le transporte a su infancia recordando esa historia de la bella Iris, mensajera de las buenas noticias, convertida en arco iris. Para que camine de la tierra al cielo en ese colorido puente que nos hace creer que todo lo que se desea es posible: Con el amarillo, le ilumine la sonrisa. Con el verde, le llene de esperanza. Con el rojo, sea capaz de seguir pintándonos con su amor, de ese infinito amor que siempre nos da.
¡Muchas felicidades mamá! ¡Muchas felicidades abuela!
Te damos las gracias por esta maravillosa historia que escribiste en 1995 y que nos ha unido muy especialmente en este día tan inolvidable para todos nosotros. (Familia C.30)
08 de octubre de 1995
Cuando hoy volvíamos de recoger a los niños en el colegio, hemos visto dibujado en el cielo el arco iris. Me alegra ver después de la lluvia ese abanico de colores. Los niños se pusieron locos de contentos identificándolos uno a uno: ¡el amarillo! ¡el verde! ¡el rojo!
Según la mitología, la bella Iris era hija de Taumas y de Electra y además hermana de las Arpías, deidades aladas, de vuelo rápido. Era la mensajera de las buenas noticias de los dioses. Como debía desplazarse con mucha frecuencia desde la mansión de los dioses hasta la tierra, Juno la convirtió en arco iris, formando un puente entre la tierra y el cielo.
¡Qué suerte que haya alguien destinado a ser mensajero de buenas noticias! ¡Cómo lo necesitamos, después de todos los descabellos y disparates que nos vemos obligados a soportar diariamente!
Le voy a pedir a Iris que en adelante traiga sólo esas noticias que nos alegran el corazón y nos ayuden a olvidar los tristes sucesos que nos nublan los ojos y nos encogen el alma. Que, con el amarillo, nos ilumine la sonrisa. Con el verde, nos llene de esperanza. Con el rojo, sea capaz de pintarnos de amor. Que, con todos sus colores, tienda de nuevo un puente entre la tierra y el cielo. (C.95)
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