La magia del tiempo

3 de octubre de 2022.

En estos días, en nuestras familias, somos muy dichosas pues estamos de «aniversario. Celebramos dos importantes y entrañables momentos.

Hoy, 3 de octubre, nuestros maravillosos hijos Silvi y Manu hace un mes que celebraron su boda y el 29 de septiembre, hace 34 años Antonio y yo celebramos la nuestra.

Aunque como nos dice nuestra madre C.30 que «al celebrar un aniversario no advertimos que lo que nos rodea se ha convertido en pasado», una gran amiga me dijo una vez que «las celebraciones son una manera de demostrarnos que la Gratitud está presente siempre entre nosotros, al sentir que la vida corre por nuestras venas y eso si que pertenece al presente». Además, éstas nos reúnen y nos recuerdan que es una expresión del cariño que nos tenemos, de la verdadera alegría que sentimos de estar juntos, manteniendo el gran valor que damos a la familia y a los amigos.

¡Muchas felicidades Antonio por ser mi fiel compañero! ¡Muchas felicidades Silvi y Manu por regalarnos y compartir con nosotros vuestro amor lleno de ilusiones!

Y a ti madre, ¡muchas gracias por felicitarnos con esta «Magia del tiempo» que nos escribiste en el 2007! (Familia C.30)

23 de septiembre de 2007.

«Al celebrar un aniversario, no advertimos que el tiempo se nos va de entre las manos, que lo que nos rodea se ha convertido en pasado».

Aunque nos parezca que cumplir un año más tiene algo de magia, en el fondo alberga un contenido de un no sé qué de días perdidos que han ido a parar Dios sabe adónde, sin ser conscientes de que en un solo año hemos tenido tiempo suficiente para estar alegres, para disfrutar, para amar…

Y nos quejamos de que la vida es corta, sin caer en la cuenta de que deberíamos llevar mejor la contabilidad de nuestras horas, aprender a calibrar los minutos valorándolos como si fueran monedas de oro, monedas del alma. En cada uno de estos minutos que se van, tenemos ocasión de enriquecerlos o también de malgastarlos dejando que vayan pasando sin apreciarlos.

Nos declaramos dispuestos a acabar esta o aquella obra que hemos empezado y hasta tememos que no nos alcance la vida para conducirla. Esa sería la obsesión de Miguel Ángel cuando tenía ocupadas todas las horas del día y de la noche en acabar la obra que llevaba en su imaginación, en su alma de artista.

Cumplir un año más es algo especial. Contiene una magia, una especie de suerte que nos dispone a sonreír, a estar alegres, a cultivar el amor, olvidándonos de la obra inacabada pues de momento seguimos con vida dando gracias a Dios que nos permite celebrarlo. (C. 2007)

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