Una mañana soleada y radiante del 23 de diciembre, en un paraje mágico y silencioso, arropado por el Peñalara, elegimos un lugar entre robles para que descansara Pepe nuestro amigo, hijo, hermano, esposo, abuelo y padre. Allí, plantamos un pequeño roble envolviéndole con sus raíces y la húmeda tierra…….. y le acurrucamos , le acariciamos y le quisimos amorosamente, leyéndole unas palabras de algunos recuerdos vividos con él y unos bellos poemas, llenos de emoción y sentimiento escritos por Francisco Chavarri Mena.
Fue nuestra forma de despedirle respirando ese aire puro y escuchando en la paz y con la tristeza que nos invadía, el sonido del agua de un cercano río Lozoya:
Me dicen que te has ido
que te has muerto.
Y ello es cierto.
Yo mismo cerré tus ojos
y di tus cenizas al romero.
Me dicen que te has ido,
que te has muerto,
mas nunca fue tan viva tu presencia,
tan real tu imagen,
tan verdad tú mismo.
Por eso cuando te hablo,
cuando a tu lecho vacío
yo me acerco,
siento en mi interior abrirse
un mundo de gozos nuevos,
y que tu cuerpo caliente
vibra al compás de mis sueños,
y me cuentas tus proyectos,
tus ansias y tus anhelos.
Que me dicen que te has muerto,
es verdad, yo no lo niego,
aunque aventé tus cenizas,
alientas en mis adentros. Francisco Chavarri Mena.Febrero 94
Reflexiones de mi Abuela 
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