21 de Mayo de 2020
Siento que estamos siendo llevados por la vida en una dirección tal vez desconocida y es lo que nos causa falta de seguridad, de confianza generada por una inquietud de divisar el horizonte nebuloso a pesar de la luz tan intensa de ese sol que ha irrumpido con fuerza y que permanece casi todas las horas del día. ¿Por qué existe esa dualidad en nuestro existencia? ¿Será para que en los momentos borrosos, oscuros nos detengamos y apreciemos lo mejor que echamos en falta de esa claridad que nos ilumina las infinitas posibilidades que el mundo nos pone a nuestro alcance?
Si no nos dejamos llevar por el miedo, la tristeza, el enfado por este entorno que está siendo un tanto agitador y a veces violento quizás lo veamos en vez de como una amenaza , como una oportunidad, un desafío para vivir nuestro tiempo con coraje, amabilidad y gratitud por estar vivos. Dejémonos entonces sorprender con nuestra mente de principiante, estrenemos cada día unos ojos que nos hagan disfrutar de los olores, los sabores, los colores, las palabras, las caricias. permitámonos descubrir de nuevo la parte bella de todos los seres que nos rodean. Nos llenaremos de bondad y confianza regalándonos un nuevo y buen comienzo para sanar nuestro espíritu.
¡Me gusta vivir la vida con más intensidad, una vida realmente plena! Es la actitud que he escogido ante mí y ante los demás. Es lo que me da sentido. Familia C.30
18 de Diciembre de 2005.
¡Cómo me gustan las manos que hablan de amor, de paz, de dicha!
¡Cómo me gustan las manos que acaricia la cabeza de niños que nunca han reído ante el espectáculo de los payasos que sacan una paloma del sombrero!
No me gustan los cristales rotos, las espinas, las enfermedades, el llanto que asedia día y noche la miel de las personas felices. Y de nada sirven los muros, porque la desdicha penetra la tranquilidad de quienes duermen.
Hay en la tierra lugares donde el dolor sube y baja, donde la vida abre un túnel sangriento por el cual nos acechan los ojos de una inmensa caterva de desgracias.
No me gusta la guerra que avanza con las botas encharcadas de sangre. Me gustaría que nada ni nadie dividiera a la humanidad, que no hubiera más divisiones que las que hay entre el día y a noche, entre la luna o las espigas, porque ni siquiera el rostro oscuro de la tierra ama el sufrimiento.
¡Cómo me gustan las manos que hablan de amor, de paz, de dicha! C.05
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