Entre dos verbos

27 de Febrero de 2020.

«Ver», «mirar,» dos verbos que parecen poseer el mismo significado y sin embargo no es así. El primer significado para el verbo «ver» que aparece en el Diccionario de la Lengua Española  es el de «Percibir por los ojos algo mediante la acción de la luz»; mientras que para el verbo «mirar» es «Fijar la vista a un objeto aplicando juntamente la atención.»

Mientras que «ver» viene del latín «videre», «mirar» viene de «mirari», asombrarse. Entonces, puede decirse que «ver» alude más a una capacidad física, y «mirar», a un acto consciente y deliberado. Así, “vemos todo lo que miramos, pero no miramos todo lo que vemos». «Basta tener los ojos abiertos para ver, pero para mirar necesitamos ejercer, en alguna medida, la voluntad”,  para observar las imágenes con detalle, en profundidad, con la intención de conocer minuciosamente aquello que nos interesa: matices, colores, formas,incluso texturas.

A veces nuestros ojos no son suficientes y hacemos uso de microscopios, lupas, catalejos telescopios ,prismáticos  para que esas escenas que en un instante aparecen ante nosotros se aproximen de tal manera que queden grabadas profundamente no sólo en nuestras retinas sino en nuestros corazones.

Me viene el recuerdo de nuestra visita a la torre Eiffel, donde las vistas de París son maravillosas y espectaculares y allí estaba desde «el mirador perfecto» queriendo en el tercer piso, acercar mi mirada con el periscopio  al Sacre Coeur, a la dorada cúpula de los Inválidos, a la Catedral de Notre Dame, a los jardines de Trocadero , al río Sena….

¡Cuánto disfruté de la belleza de esta romántica ciudad gracias a mi profunda mirada en aquella luminosa mañana del verano del 2004. Y como dice mi abuela sí que la conocí a fondo. Familia C.30 

 

25 de abril de 2004.

Con que haya un ojo y una luz, basta para ver. Cosa diferente es mirar, pues no basta rozar la envoltura de las cosas, lo que hay solamente por fuera. Mirar es llegar al sentido, es convivir con lo que vemos y participar del ser íntimo de lo que contemplan nuestros ojos.

Vivimos en una catarata de imágenes que asedian sin descanso nuestra vista. ¿Qué hay detrás de toda esa apariencia? ¿Qué nos dice la imagen de un árbol en otoño? ¿Qué nos hace sentir la imagen de una persona que pide limosna en una esquina?

Hemos de aprender a mirar con el alma, pues todo lo que vemos tiene un mensaje profundo con tal de que miremos despiertos. Detrás de cada imagen se esconde un misterio o docenas de misterios que podríamos entrever y profundizar si nos detuviéramos a mirar a fondo. Tendríamos que dejar de pasar la mirada por las cosas como si estuviéramos adormecidos. Mirando con los ojos bien abiertos no se atrofiaría la vista, no acabaríamos viendo solamente, sin mirar.

Si alguien camina con los ojos abiertos y el alma cerrada, ni ve en verdad ni se entera de nada. El mundo que nos rodea es demasiado hermoso para que nosotros pasemos por él, como maletas de turista que sólo conservan la etiqueta del hotel de las ciudades por las que pasamos sin haberlas visitado ni conocido a fondo.C04

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