Reflexiones de mi Abuela

23 de Enero de 2020.

En estas Navidades fui al «Circo de Hielo con unas amigas. En un planeta congelado entre glaciares, nos encontramos con iglús y la  aurora boreal  en un lejano lugar donde un pueblo esquimal, los inuits, son sorprendidos por la llegada de un mágico  y un fascinante  Ser de luz.

Nos apetecía volver a recuperar por unas horas nuestros buenos ratos de la infancia. Rodeadas de niños, niñas acompañados por sus padres, sus tíos , cantaban , reían,  gritaban «Amador el explorador», el nombre del animador ,contestando a sus preguntas y dando palmas siguiendo sus indicaciones y aplaudiendo cuando alguna actuación les molaba.

Para nosotros su risa era contagiosa y por un  momento nos olvidamos de nuestra edad arrastradas por la alegría manifestada en sus espontáneas sonrisas.

Salimos llenas de energía y con nuestros corazones pletóricos empapados de inocencia y  bondad. Es indiscutible que la risa es mágica porque es capaz de recordarnos lo feliz que uno se siente cuando  disfrutamos de la belleza de la vida. Familia C.30

 

20 de febrero de 2005.

Pienso que, mientras pueda reírme, nunca me sentiré pobre. La risa es uno de los mayores dones que Dios nos ha concedido. Por eso mismo lo hemos de cultivar y por nada del mundo consentir que se nos eche a perder.

Con la sonrisa será siempre más fácil triunfar. Viene a ser como el vino que da gusto y sabor a la comida.

No derrames lágrimas que nazcan de la tristeza, del remordimiento, de la frustración, lágrimas que sólo vendrán a hundirte más en la pobreza interior.

Cada sonrisa puede ser valorada en oro. Y cada palabra bondadosa que salga de nuestra boca, hablada desde el corazón, será fuente de comunicación y de vida, que vendrá a construir el hermoso edificio de la amistad, como si fuera un mágico castillo.

Ni por ser importantes, o poderosos o sabios o lo que se quiera, hemos de olvidar la sonrisa.

Es preferible seguir siendo como niños. A los niños les brota espontánea la admiración por los demás. Mientras seamos capaces de admirar a los otros, no caeremos en la tentación de formarnos una opinión exagerada de lo que personalmente somos. C05