Los “deberías”

Esta reflexión me lleva a cuestionarme por qué muchas veces  dejamos las tareas, los propósitos en la cuneta sin llegarlos a realizar. Es lo que muchas personas llaman procrastinar. ¿Podríamos atribuir la causa a un problema de gestión del tiempo? Yo diría que es un no saber manejar nuestras emociones. Por un lado el no hacerlo en el momento es tal el alivio que nos produce que nos refuerza esas ganas de decir : «ya lo haré después» ; aunque por otro lado somos conscientes que las consecuencias pueden ser no muy halagadoras.

Paremos pues nuestros hábitos y observemos que es lo que hay en lo más profundo de nosotros que nos lleva a anular nuestra proactividad quedándonos hipnotizados de esa aparente y sin embargo engañosa comodidad. No intentar descubrir lo que hay detrás de esa trampa, nos impide imaginar que los resultados de tales acciones nos pueden proporcionar sensaciones de satisfacción, alegría y felicidad negándonos el disfrute a medio y largo plazo del avanzar.

Así pues somos los que nosotros mismos decidimos si nos conviene ir en busca de nuestros sueños mirando el pasar de las nubes o caminando hacia el interior de «nuestros deberías». Familia C.30

 

22 de abril de 2001.

Incluso las buenas obras se quedan con frecuencia en el aire a costa de disculpas de este estilo: “debería haber dicho”, “debería haber hecho”, “debería haber ido”, “debería…”, “debería…”, “debería…”.

¿Qué es lo que nos echa para atrás ante eso que estábamos obligados a realizar? ¿Qué es lo que nos hace dudar ante imprevistos, ante algo que tenemos obligación de resolver y que vamos dejando por olvido o porque nunca encontramos tiempo? Así pasan los años como pasan las nubes que, arrastradas por el viento, nos distraen creando formas caprichosas en nuestra imaginación hasta que una mano gigante las borra y se esfuman.

Debería haber visitado a aquella persona enferma que me estaba esperando. Debería haberme excusado con quien se creyó ofendido por mis palabras. Debería haber intentado convencer a alguien de que estaba equivocado. Debería… Nos refugiamos en el olvido, un olvido que en realidad nos fabricamos nosotros mismos como disculpa. ¿Por qué lo que nos importa y vale lo recordamos siempre, lo añoramos y perseguimos sin cesar?.¿Por qué no hay olvido de lo que realmente interesa?

No nos decidimos a vivir el tiempo de punta a punta, avaramente, con miedo de que vaya a perderse en ese lugar donde van a parar tantas horas perdidas. Nos enredamos en nuestro placer, en nuestras formas de vida tejidas con sueños, pues al fin soñar no cuesta tanto como hacer frente a esos deberes cotidianos, es como dejarnos embelesar tratando de descifrar esas formas que crean caprichosamente las nubes al pasar por el cielo!C.01

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