Al leer esta reflexión lo primero que ha aparecido en mi pensamiento es la enorme enseñanza de vida ante la que tal vez no todos nosotros nos detenemos a observar y dejarnos sentir:
La situación «insostenible» a bordo del Open Arms, tras 19 días sin encontrar puerto con 134 inmigrantes rescatados a bordo. Personas que han mostrado al mundo la constancia, el tesón, la tenacidad y la perseverancia y sin embargo el edificio de sus vidas comienza a agrietarse. Es un grito de desesperación para ser escuchados y acogidos y a pesar de todo quizás va a ser nuestra indolencia la que va a triunfar….. ¿Vamos a pasar página a este texto tedioso que ha aparecido en nuestro «libro de la vida»? ¿Esto es un éxito o un fracaso? ¿Qué pasa con nuestra humanidad compartida para evitarlo? ¿Dónde está nuestro ser humano? Yo me pregunto si nuestro Dios sigue confiando en nosotros.
¿Y si paramos y ampliamos nuestra mirada al horizonte en este período estival? Familia C30
15 de julio de 2001
Una de las causas principales de nuestras caídas es el desaliento, el tirar por la borda la esperanza al primer intento, diciendo que no hay nada que hacer, pues nuestro esfuerzo resultará baldío.
Quien se hunde ante el primer fracaso, quien desiste de seguir luchando, está condenado a dejar su vida a medio hacer. Lo que más escasea no es precisamente la inteligencia sino la constancia.
Teniendo las dotes necesarias para triunfar, falta con frecuencia la cualidad decisiva: la perseverancia o el tesón. La indolencia puede hacer inútil hasta la inteligencia más brillante.
Cuando en el «libro de la vida» tropezamos con un texto tedioso y por esa única razón pasamos la página, corremos el riesgo de perder el éxito que teníamos reservado para nosotros.
Dios nos ha dibujado en un plano cuatro basamentos para levantar el edificio de nuestra vida: la constancia, el tesón, la tenacidad y la perseverancia. Sin esos basamentos, pronto se vendrá a tierra la edificación de toda una vida.C01
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