En las retinas del alma

 

En nuestra familia vive una mujer que no ha pasado indiferente entre nosotros, esa mujer es capaz de transmitir a través de la escritura de estas reflexiones sus enseñanzas de vida.

Un 14 de agosto, hace ya 89 años, sus ojos vieron por vez primera la luz y ella ignoraba cuanta belleza y riqueza iba a encerrar su alma. Ha sido capaz de dirigir su mirada en las profundidades del ser humano y compartirlo en estos pequeños escritos y sin embargo cargados de una gran sabiduría.

Delante de mí , mi abuela Conchita apagó las velas de su tarta y sólo sabe ella lo que deseó aunque estoy convencido que desearía disfrutar más momentos felices como en este día con su familia a la que siempre lleva en una parte muy especial de su corazón. ¡Muchas felicidades hermosa «gran madre»! M93 

23 de septiembre de 2001.

Al mundo lo circunda una cenefa hecha de color y dolor, de mediocridad y flaqueza. Nos acechan fantasmas que provocan una especie de esquizofrenia con brotes tan negativos que a veces hemos de cerrar los ojos para que no nos ciegue tanto descabello.

Pero hay otra cenefa, compuesta por los mismos colores, pero sin tonos negativos, porque en ella no existe ni dolor ni mediocridad ni tan siquiera un punto débil o incierto. No es el paraíso colmado, pero representa a quienes no se cansan de prodigar las buenas acciones. Son mujeres y hombres capaces de sonreír siempre ante la dificultad, de encontrar la belleza hasta en el más elemental vuelo de un pájaro, en el nido de una cigüeña escondido en el muñón de un roble hendido por un rayo. Hemos de volver nuestra mirada hacia esas pequeñas maravillas que alegran el alma y la arrancan del barro viscoso en que se enredan los pies del caminante. Así podrá volver a deleitarse con el salpicar del agua en el charco del que luego surgirá, microscópica, la vida.

El verano está pasando. Sólo quedan algunas golondrinas que pasan aceleradas sobre nuestras cabezas anunciando el otoño en el que procuraremos bordar otra cenefa. Y que sea cenefa sin calamidades, sin atrocidades. En nuestro entorno se puede respirar otro ambiente, un aire más cálido en el que será posible gozar siendo simplemente humanos. C01

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: