En el marco del Mes de la Memoria del Holocausto, recordamos nuestra visita al Museo Judío de Berlín y nos paramos ante la exposición «Void Void», reflejo del sufrimiento que acabó con tantas vidas humanas; un callejón en penumbra , sin salida, en el que se extienden 10.000 chapas de acero con forma de cara que producen en ese silencio profundo un estremecedor lamento al pasear sobre ellas.¡Qué sentimiento de angustia, tristeza y soledad invadió nuestro cuerpo y espíritu!
21 de enero de 1996.
Deberíamos tener «un propósito inquebrantable de vivir con valentía por la paz». Ningún progreso merece la pena si no se hace en paz. Si esperamos el futuro sentados e inactivos, es imposible que lleguemos a alcanzar nada bueno. El futuro hemos de prepararlo y hemos de trabajar por él para que no exista miedo de nada ni de nadie.
Tenemos la oportunidad de escribir un capítulo nuevo y luminoso en la historia de la humanidad, esa historia que siempre ha estado a caballo entre el progreso y la barbarie.
Hoy miramos desolados ante los poderes de destrucción que pueden acabar con toda la humanidad barriéndola de la historia. Es justo que hombres y mujeres de hoy formemos parte de otro mundo en el que no dominen las armas.
Queremos dejar a nuestros hijos un mundo por el que puedan verse sin miedo a nada y sobre todo, sin miedo a esa destrucción catastrófica que ellos mismos entienden como «Apocalypse now», «Apocalipsis ahora».
Por eso hemos de hablar de vivir con valentía para conseguir que llegue la paz. C.96
Reflexiones de mi Abuela 
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