Reflexiones de mi Abuela

29 de junio de 1986.

Después de los exámenes, se siente uno como hueco… Se ha trabajado durante el año, han salido bien las pruebas finales, los padres están contentos con los hijos porque lo que quieren es ante todo y sobre todo que estudien. Pero ellos, ahora que la presión de los exámenes desaparece, se preguntan si valía la pena y si con tanto estudiar no estarán dejando de vivir.

Yo creo que esta sensación de vacío y desencanto la hemos experimentado todos tras los grandes periodos de lucha: por unos exámenes, por una empresa que acaparó nuestra alma. Me parece que es un buen síntoma el que en el momento final no nos venza el orgullo de lo realizado y surja ese vacío que nos empuja ya a una nueva tarea.

El verano está ahí con sus brazos abiertos. Dedicaos a vivir, aprovechad el tiempo, llenaos de lecturas, de música, encontraos con chicos y chicas, empaparos de alegría. 

Dejad que os crezca el corazón, que estuvo prisionero durante el invierno y dejadle que se pose. Ya encontrará dónde.

Lo ideal es que sepáis que si un árbol está seco, jamás florecerá.C.86