22 de octubre de 1989.
“Estoy sola porque nadie me quiere”. Esta frase la oiréis muchas veces a personas que se quejan de vivir en una dramática soledad. A ellas les propondría la misma terapia: “Si tú vives preguntándote cuántas personas te quieren, probablemente serás siempre un ser solitario”. Para vencer esa soledad sorda y estéril, hay que enfrentarse con otra pregunta: ¿a cuántas personas quiero yo?
Aunque parezca mentira, el corazón no se llena cuando uno es querido, sino cuando se tiene mucho amor que repartir. Los hombres y mujeres que se han dedicado a amar a la humanidad, han tenido tanta gente que amar y ayudar que no han tenido tiempo de sentirse en soledad Es horrible que nos pasemos la vida acusando a los demás de que nos tienen olvidados, cuando tal vez hemos sido nosotros quienes hemos empezado por olvidar a los demás.
Sé que hay soledades injustas porque, es muy grande la ingratitud. Pero lo normal es que las personas reconozcamos el amor que nos han dado los demás. Cuando uno ama a diez o, mejor, a cien, tendrá más seguro el agradecimiento. Los que aman recogen amor aun cuando no lo recojan, siempre tienen la alegría de haberse acercado a los otros y de haber hecho algo por ellos. Quien es útil a muchos no puede sufrir nunca de soledad.C.89
Deja una respuesta