25 de noviembre de 1984.
La ternura en los seres humanos juega un papel muy importante.
Si cada uno de nosotros tratara constantemente de cultivar su actitud para la ternura, poco a poco refinaría la destreza de saber amar y abrir la intimidad de su ser de manera que los demás perciban la necesidad de cariño y delicadeza.
Todos somos frágiles y vulnerables, pero pocas son las relaciones humanas que no mejoran notablemente al aumentar el grado de ternura.
Es bueno que dediquemos nuestra vida a buscar acentos y matices que satisfagan a los que tenemos alrededor. De esta forma enseñamos a nuestros hijos qué es amor, un amor que no termine nunca a fin de que transcurran los días sin crímenes, sin ojos que miren perplejos a un cadáver sangrante que tienen ante sí.C.84
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