1 de mayo de 1983
“Carísimos, amémonos unos a otros”.
Sin embargo… ¿Qué vientos corren hoy que barren los sentimientos? ¿Amamos de verdad o surge una pared en nuestro corazón cuando debemos levantar la mano y regalar una caricia?
Una caricia… ¡Cuánto tiempo hace que olvidamos el calor que produce en nuestra piel la mano del hermano, del hijo!
Una palabra… ¿Quién oye a menudo en los labios del amigo la frase que atenúa la pena que nos hunde?
Un beso… El beso se ha convertido en algo rutinario, algo que no deja nada…
¿Por qué se han enfriado los corazones? ¿Por qué cada vez es más difícil conmovernos? ¿Utilizamos la palabra AMOR en todo su significado?
“Hijitos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de obra y de verdad”.
(C.83)
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