Los ángeles anunciaron la navidad

9 de enero de 1977

Les dijo el ángel: “No temáis, os anuncio una gran alegría«.

Estamos en la época del año en que, una vez más, parece que los ángeles se mueven entre nosotros, rozándonos apenas con sus alas protectoras, mientras sus voces entonan himnos de paz en la tierra para los hombres de buena voluntad.

Pero, ¿qué sabemos de esas etéreas criaturas?

La Biblia, en cuyas páginas se menciona a menudo a los ángeles, nos da muy pocos datos acerca de su aspecto o naturaleza. Los ángeles y sus misterios han intrigado siempre a los hombres por su gran poder en cualquier situación.

Un ángel detiene el brazo de Abraham cuando el entristecido patriarca se dispone a sacrificar a su hijo. El ángel de la resurrección aparta la pesada piedra que cerraba la tumba de Jesús. En los Evangelios están siempre presentes los ejércitos celestiales. Ellos acuden a consolar a Cristo en sus momentos de mayor sufrimiento. Lo acompañan en el desierto cuando por el ayuno se encuentra exhausto. Y durante la agonía del huerto cuando su destino se le hace insoportable surge a su lado un ángel que le da fortaleza.

La gloria del Señor los envolvió con su luz y quedaron sobrecogidos de temor”.

¿Son buenos los ángeles?  Las Sagradas Escrituras nos enseñan que hubo ángeles malos. Satanás fue castigado por su soberbia y expulsado del cielo. Pero una vez expulsado él con sus compañeros, sabemos que los que habitan en la morada celestial, aunque no tienen la perfección de la  divinidad, son muy superiores a los hombres en bondad e inteligencia.

La consoladora idea de tener un ángel guardián desde el momento en que nacemos, se remonta a los primeros tiempos del cristianismo y esta misma se complementa con la esperanza, ahí la tenéis expresada en tantas cabeceras de enmohecidas tumbas, de que los ángeles conducirán nuestras almas a la presencia de Dios.

La anunciación a María es el momento más importante encomendado a los ángeles. Se supone que el ángel elegido para esta misión, Gabriel, fue el mismo que antes había anunciado al anciano Zacarías la concepción de Juan y el que invita a huir a José con María y el Niño a Egipto. Se cree que un ángel despertará con el sonido de su trompeta a los muertos el día del juicio final.

En fin, hay algo en el alma humana profundamente arraigado que responde positivamente a la idea de los Alados “pájaros de Dios”. De ahí que amemos a los ángeles como parte de nuestro legado espiritual. La misión del ángel jamás acaba y ellos se encuentran siempre entre nosotros llenando de poesía y de gracia nuestra existencia en la tierra.

(C.77)

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